«Las alegres comadres, y no de Windsor, tuvieron un disgustazo: se las prometían muy felices con la vista seguida a un catedrático de Granada, el doctor Garrido, que mató a su esposa a tiros en un hotel de la Gran Vía. Acuden a la Audiencia y el juicio se celebra a puerta cerrada, ¡por vida del rey de bastos!»
] ABC, Madrid, martes, 17 de diciembre de 1929 [
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